Aunque yo usualmente blogueo sobre el aprendizaje de idiomas, sé que muchos de ustedes disfrutan mis artículos sobre viajar y culturas en la misma medida, o más.
He estado viajando por el mundo desde el 2003, pero inclusive olvidando el tiempo involucrado, yo he vivido en veintitrés países (y contando).
Esos son países en los que he vivido, donde he invertido por lo menos un mes (usualmente tres, y más de un año en algunos casos) en el país donde he invertido una cantidad significativa de tiempo hablando su idioma (o puede que yo ya hablara el idioma antes de llegar), e intentar investigar su cultura y hacer amigos locales.
A causa de eso he adquirido muchos hábitos personales que para algunos pueden parecer raros, molestos o extraños. Este artículo los resume todos.
Países en los que he vivido: Argentina, Brasil, Perú, Bélgica, Colombia, los Estados Unidos, Canadá, Irlanda, el Reino Unido, España, Francia, los países bajos, Egipto, Italia, República Checa, Alemania, Hungría, Turquía, India, las Filipinas, Tailandia, China, Taiwan.
(También he visitado Polonia, Uruguay, Singapur, Austria, Eslovaquia, Noruega y México por unos pocos días o semanas, pero definitivamente yo no consideraría que he vivido en ninguno de estos lugares, yo no era más que un turista.
Además he tenido transferencias de vuelo a través de un montón de países por unas pocas horas, pero eso no cuenta en lo absoluto.)
Puedo mostrarte viajeros quienes han estado en muchos más países que yo (muchos de los cuales han estado viajando mucho menos que yo, así que eso de verdad muestra la velocidad diferente a la que viajan), pero mi estilo de viaje y el de ellos es muy diferente, y yo siento que he logrado conocer las culturas modernas de cada uno de estos países mucho más que la mayoría de viajeros “de paso”.
La cosa sobre vivir en un país e intentar entender su cultura e idioma verdaderamente, es que tienes que agarrar muchas de sus costumbres para sobresalir menos y hacerlos sentir más cómodos.
Algunas de estas costumbres las he hecho solo de paso, y me detuve casi inmediatamente después de dejar el país, pero varias de ellas (como verás) se han quedado conmigo de por vida.
¡En el artículo de hoy quiero compartir algunos de los hábitos más extraños que he agarrado!
1. Preguntarle a la gente con demasiada frecuencia si quieren ducharse
Esta extraña costumbre es una que agarré de pasar todo un año en Brasil.
Viajé mucho en el país, y yo tenía mi propia casa algunas veces, pero el resto del tiempo yo me quedaría con amigos. Me pareció increíblemente extraño, ¡pero la primera pregunta que los brasileros me preguntarían siempre que yo llegaba a sus casas siempre era si yo quería ducharme!
Esto no tenía nada que ver con mi olor corporal, sino con algo que es costumbre ofrecer a cualquier invitado que te esté visitando en Brasil, incluyendo si no se van a quedar.
Brasil puede ser un país caluroso dependiendo de la ciudad y tiempo del año, y los brasileros están entre las personas más higiénicas con las que me he encontrado, generalmente tomando por lo menos dos duchas, y a veces hasta tres duchas al día, especialmente si son físicamente activos (gimnasio, deportes, etc.)
Por esto, los brasileros generalmente quieren ducharse tan pronto como llegan a la casa de alguien, para así poder refrescarse.
El problema es que estoy tan acostumbrado a preguntar esto que cada vez que un Couchsurfer se está quedando en mi vivienda, o si es un día algo caluroso en cualquier parte del mundo y alguien llega a mi casa, yo simplemente haré la pregunta automáticamente de si quieren entrar a la ducha apenas entran a mi casa.
Puedes imaginar las miradas que he recibido preguntándole esto cuando la gente piensa que de alguna forma estoy implicando que huelen mal, ¡o una chica que podría ser solo una amiga o tener una edad totalmente diferente a la mia pensando que tengo un motivo oculto!
Solo estoy intentando ser amable como cualquier brasilero, ¡lo juro!
2. Examinar una tarjeta de negocios o entregar dinero como si el mismo estuviese a punto de explotar
Esta vez, un hábito que agarré en Taiwan, el cual llamó mi atención apenas llegué allí, era que tu tratas cualquier cosa que se pudiese entregar a otra persona como sagrada.
Por ejemplo, si yo te conozco en una conferencia, y tu me das tu tarjeta de negocios, en vez de darle una mirada y metérmela en el bolsillo, la aceptaré delicadamente usando ambas manos como si estuviese sosteniendo una frágil pieza de cristal, y la examinaría con cuidado por su increíble diseño, como si estuviese mirando una ventana hacia un hermoso universo paralelo.
Solo entonces la puedo poner en mi bolsillo izquierdo, el cual es mi “bolsillo-de-tirar-en-la-basura-apenas-se-vayan.”
Y con el dinero, la misma regla aplica. Tu no entregas ninguna nota con una mano, sino con dos, como si fuese a explotar si se maneja incorrectamente.
Me he quitado de encima este segundo hábito debido a pasar un tiempo lo suficientemente largo por fuera de Asia, pero tengo que admitir que aún me siento muy insultado cuando alguien me pasa dinero con una mano sin poner forzosamente todo su cuerpo en la delicada transferencia.
Yo definitivamente aún tomo las tarjetas de negocios con ambas manos.
3. Señala hacia algo como si le estuvieses coqueteando a un pez
En Filipinas, y extrañamente, también en Colombia y en otros países, ellos casi nunca señalan a algo con su dedo índice (así, anulando inmediatamente el título de dedo índice). Esto es considerado bastante grosero en muchas culturas.
¿Así que qué haces si tu genuinamente necesitas señalar algo? Pues usas tus labios, ¡por supuesto!
Necesitas hacer un puchero como si fueses a hacer una cara-de-beso, y hacerlo en dirección a la cosa que requiere la atención de la conversación. No “apuntas” por mucho tiempo, sino que rápidamente haces tu puchero por medio segundo.
Me acostumbré tanto a esto que ahora lo hago inconscientemente, inclusive cuando también estoy señalando algo con mis dedos. Así, ¡me veo raro para prácticamente todas las personas!
4. Sentirte culpable sobre usar el inodoro
Este es un hábito raro, pero muchos países en el mundo no tienen el mismo sistema de tubos que tenemos en Europa y Norte América.
Así, en muchos países en África, América del Sur y Asia, ¡tu no puedes echar el papel higiénico por el inodoro!
Por esto, hay una caneca al lado del inodoro para que botes el papel higiénico “usado”. Al principio parece asqueroso tener eso a la vista, pero después de un tiempo te acostumbras.
Hoy en día me siento genuinamente culpable cada vez que le echo papel higiénico al inodoro y le suelto el agua, inclusive en un país donde este es perfectamente aceptable y el sistema de tuberías lo puede manejar, ¡por que siento que estoy tapando los tubos!
5. Llamar a gente en intervalos aleatorios y luego colgar antes de que respondan
Otro hábito que agarré, esta vez en Italia, es el concepto de “squillo”.
Tu generalmente podrías entender esto como una llamada perdida, aunque siempre es intencional. Nosotros hacemos esto todo el tiempo en la mayoría de países si queremos darle a alguien nuestro número de teléfono, anotando el de ellos y luego llamándolos solo por un segundo, y ellos verán nuestro número en su identificador de llamadas.
Sin embargo, los italianos llevan esto al siguiente nivel, ¡y lo convierten en toda una nueva forma de comunicación! Escribí sobre eso en detalle aquí.
Básicamente, puedes llamar a alguien y luego colgar de tal forma que el contexto de por qué llamaste sea obvio. Si te vas a encontrar con alguien pero llegarás 10 minutos tarde, el squillo implica que vas en camino.
Si tu estás saliendo con alguien y no te vas a encontrar con esa persona en ese momento, pero recibes una llamada rápida donde cuelgan antes de que respondas, eso significa que esa persona está pensando sobre ti (amantes o parejas casadas, etc.)
Si un amigo le da a otro amigo un squillo, eso esencialmente significa “¿Hey, como vas?”, y le mandarías un texto de regreso.
Esencialmente, tu tienes esos momentos aleatorios durante tu día donde tu teléfono suena solo por un segundo y luego deja de sonar. Ahora, el instinto de la mayoría de no-italianos es llamar de regreso a esa persona.
Tal vez es su forma de decir que no tienen saldo, por ejemplo, y es urgente que te llamen. Pero el squillo en si mismo era la comunicación; ¡tu tienes que extrapolar lo que significa a partir del contexto sin llamarlos de regreso!
Así, yo llamaría a amigos y colgaría inmediatamente todo el tiempo. En la mayoría de países, la persona a la que llamé me llamaría de regreso y tendríamos una conversación incómoda, ¡la cual yo estaba precisamente tratando de evitar dándoles un squillo!
Yo aún no puedo quitarme este hábito, y tengo muchas conversaciones telefónicas raras si la gente contesta antes de que termine mi corto squillo, o piensan que estoy intentando salirme de ser quien pague por la llamada.
6. Regularmente correr hacia el tráfico que se aproxima como si hubieses tenido suficiente de este mundo cruel
Como siempre, en mis intentos de realmente meterme a una cultura local, intenté emular a los egipcios tanto como pude mientras viví allí por un año.
Sin embargo, un problema es que básicamente no hay semáforos en las grandes ciudades de Egipto; especialmente para que los peatones puedan cruzar la calle.
Así, tu única opción para llegar a donde necesitas ir es correr a través de cinco o más líneas de tráfico que se aproxima muy rápidamente para cruzar el camino.
Al principio tu estás asustando como un demonio, pero luego te acostumbras a so.
Ahora estoy en Alemania, ¡lo cual está tan lejos como es posible de la idea anterior! Los peatones alemanes esperarán pacientemente ante el semáforo con el hombre rojo inclusive cuando literalmente no hay carros a la vista.
La primera vez que estuve en Alemania me acostumbré a esto y encajé con los demás. Sin embargo, esta vez Egipto se había metido demasiado en mi cerebro tanto que yo me pasaba semáforos en rojo todo el tiempo.
Yo también casi sentía la urgencia de correr hacia el tráfico cuando los carros empezaban a aparecer, inclusive aunque yo solo tendría que esperar unos pocos segundos y caminar unos pocos metros por un cruce peatonal.
Es raro, ¡y espero quitarme de encima este sentimiento antes de que me atropellen!
7. Tirar dinero innecesariamente por todas partes
Una de las costumbres más raras con las que me he encontrado hasta ahora es una que ocurre en Norteamérica (tanto los Estados Unidos como Canadá), donde muchos meseros y meseras reciben su pago por parte de los clientes en vez de su jefe (ridículo, ¡lo sé!)
Ellos tienen este extraño concepto llamado “dar propina”, donde (y sí, ¡¡esto lo digo en serio!!) tu castigas al mesero o mesera si la comida que ellos no prepararon no es de tu satisfacción, o si el restaurante que ellos no poseen está muy ocupado y lento, lo cual no es culpa de ellos.
Tu también los castigas si ese día resulta que estás de mal humor, o si tu no estás ganando suficiente dinero como para sentirte lo suficientemente generoso para repartirlo.
Básicamente, los castigas reduciendo el salario en el que dependen, por cualquier razón que se te pueda ocurrir, especialmente una que no está en el control de ellos.
Esto esencialmente significa que su habilidad de ganarse la vida es controlada más que todo por pura suerte más que nada. Para “castigarlos”, lo que haces es… pagar algo cercano a lo que en realidad está impreso en tu cuenta y requerido que tu pagues (¿Aún sigues conmigo?)
Sin embargo, si el mesero te satisface con la tarea que ha realizado, entonces los recompensas con un 15% de lo que sería tu cuenta. Si ellos llevaron los platos de la cocina a tu mesa con habilidad extra, ¡entonces lo subes a 20%!
Lo sé, no tiene ningún sentido – aunque el esfuerzo del trabajo sea el mismo, si tu pides la comida menos costosa en el menú, ellos ganarán menos, ya que el 15-25% es aplicado a lo que tu ordenaste, inclusive cuando ellos personalmente no prepararon tu comida o pagaron por los ingredientes.
Para que las cosas sean más confusas, esta locura de las “propinas” se aplica a algunos, pero no todos aquellos que te proveen con algún tipo de servicio. Se le aplica a los repartidores de pizza, pero no los que recogen la basura. Se le aplica a los taxistas, pero no a los conductores de bus.
Se me han dado vastas explicaciones sobre porqué esto es necesario, y ninguna tiene ningún sentido para mi comparado con el mesero/mesera/repartidor que simplemente se gana un salario normal como todos los demás.
Ellos a veces recurren a historias tristes sobre las vidas de esos meseros, ignorando como esta misma lógica puede ser igualmente aplicada a los profesores, enfermeras, y muchos otros tipos de personas que trabajan duro quienes (por cualquier retorcida lógica) no se les da propina y puede que no ganen bien.
Pero el hecho es que este sistema retorcido no es la culpa del mesero, y no me gusta castigar a la gente por eventos afuera de su control, así que yo siempre dejo 15-20% extra.
Aunque en vez de procesar este dinero formalmente, la costumbre es dejarlo en la mesa a simple vista e irte de ahí, como si el dinero fuese más mugre para ser limpiada, con tus migajas y tenedores sucios. Y sí, ¡no me estoy inventando esto!
Me acostumbré a esta extraña costumbre viviendo por más de 18 meses en los Estados Unidos y Canadá que ya no me la puedo sacar, y hasta el día de hoy dejo el dinero en las mesas de Europa y Asia inclusive cuando a los meseros se les paga un salario estándar por sus jefes en la mayoría de lugares.
He sido programado para “dar buena propina”, inclusive cuando yo me quejo más que nadie sobre lo idiota que es este concepto.
Una vez, ¡una mesera en Taiwan me persiguió por la calle y me dijo que yo había dejado un montón de dinero encima de la mesa! Ella me preguntó porqué haría eso si yo ya había pagado por la comida, y yo honestamente le dije que yo no tenía ni idea… ¡era fuerza del hábito!
¡Para mi ahora es como un tic molesto! Un costoso (e innecesario en la mayoría de lugares fuera de Norte América) y molesto tic…
8. Holas y adioses sentimentales cada vez
El tiempo en los países de latinoamérica en general significa que tu simplemente no puedes solo decir “hola” a quienes conoces en situaciones sociales.
Si cualquier persona es una chica, entonces dale un pico en la mejilla… o dos… ¡o inclusive tres o cuatro en algunos lugares! Y en otros lugares hasta los hombres hacen esto entre ellos.
En lugares como Brasil vas un paso más allá y abrazas a la persona que ves. Puede que apenas los hubieses visto ayer, pero aún así los abrazas como si no los hubieses visto en años y hubiesen sido recién liberados de una década de confinamiento solitario.
Este calor entre la gente en situaciones sociales es contagioso y muy difícil de olvidar. También en Brasil, si estoy hablando con alguien mantendré contacto visual o inclusive los tocaré si es posible – esto no tiene nada que ver con coquetear, ya que inclusive si hombres están hablando entre ellos tu mantendrás su mano en uno de sus hombros, y los sacudirás un poco si resulta que miran a otra dirección.
Finalmente, cuando es hora de decir adiós (como en, nos vemos mañana, ¡no adiós para siempre!), tu tienes que despedirte de cada persona en el grupo.
Esto significa que las buenas noches pueden durar un largo tiempo. En muchos países de latinoamérica, he aprendido a decir el primer adiós más o menos una media hora antes de irme realmente, ya que sé que tomará esa cantidad de tiempo para despedirme de cada uno y cerrar nuestras conversaciones.
La idea de simplemente levantarme y decir “Ok, ¡los veo después!”, ¡y caminar hacia afuera me da escalofríos!
9. Moverme lentamente hacia la dirección que estoy mirando en muchas conversaciones estando parado
Otra consecuencia del punto de arriba de más calor en los países latinoamericanos es que he reducido bastante este concepto horrible que tenemos en algunos países Norte Europeos y Norte Americanos de la burbuja personal.
Cuando estás hablando con alguien, tu deberías hacerlo un poco más cerca para asegurarse de que haya un sentido de intimidad más amplio en la conversación (una vez más, esto es entre hombres o con chicas).
Así, siempre que estoy de regreso en Norte América, o en el norte de Europa, si me estoy sentando, siempre siento que la persona a la que le estoy hablando está muy lejos, y me acerco un poco.
Pero si estoy parado, simplemente daré un pequeño paso hacia adelante. Un norteño luego contrarrestará esto con un pequeño paso hacia atrás, ya que yo he sido lo suficientemente atrevido para entrar en su burbuja personal.
(Incidentalmente, la mayor distancia entre la gente es tal vez una razón de porqué los estadounidenses son tan bien conocidos por su… um… habilidad de proyectar su voz en lugares públicos más que el resto de nosotros – ellos tienen que hacerlo, ¡ya que todo el mundo está muy lejos!)
Esto significa que mientras estoy parado, intento reducir esta distancia entre la otra persona y yo, ya que se siente incómodo, y puede que de un pequeño paso hacia adelante.
Sin embargo, la otra persona hará exactamente lo contrario e incrementará la distancia entre nosotros, ya que de otra forma se sentiría incómodo para ellos. Como consecuencia, la conversación siempre se moverá lentamente en la que sea la dirección a la que yo esté mirando.
Ambos de nosotros hacemos esto inconscientemente, y siempre me sorprendo cuando miro a mi alrededor, ¡y me doy cuenta de que de repente estoy varios metros de distancia de donde empezamos la conversación inicialmente!
10. Tomar dos horas para tomarme un simple espresso
Mientras vivía en Francia, me acostumbré a esta idea de que un espresso no se trata de llenar tu sangre con cafeína, sino de la experiencia de sentarte en un café y disfrutar la compañía de la persona con la que estás, o si estás solo, tomarte tu tiempo leyendo un libro.
Así, tu pides un solo espresso y tomas hasta varias horas para tomártelo lentamente.
Obviamente esto significa que básicamente estás chupándote una bebida fría la mayoría del tiempo; pero eso no importa, ya que su propósito es simplemente una excusa para sentarte en ese café.
Esto es muy diferente comparado con los vecinos de Francia, los Italianos, quienes frecuentemente se toman un espresso como si fuera un trago y lo tiran de regreso.
O con los Norte Americanos, quienes toman café porque quieren llenar su sangre con cafeína, y así muchos lugares allí presentan un espresso o café en general en una horrible copa plástica.
Yo no tomo café excepto socialmente, o cuando me siento en un café para estudiar o leer (nunca para despertar en la mañana, por ejemplo), pero cuando si pido café siempre es un espresso en una pequeña y bonita copita, y siempre me toma una eternidad el tomármelo todo.
Los almuerzos largos con compañeros de trabajo franceses me recordaron que el resto de nosotros tienden a estar demasiado afanados cuando nos sentamos a comer o beber, haciéndolo muy funcional sobre meternos esos líquidos y sólidos en nuestros ácidos estomacales tan pronto como sea posible.
11. Eliminar 700 “amigos”
Como parte de mis continuos intentos de integrarme y entender verdaderamente una cultura local, mis intentos de hacer amigos en los países bajos requirió tanto pensamiento lateral que tuve una medio-crisis filosófica sobre lo que el concepto de la amistad realmente significa.
El círculo de amigos de los holandeses tiende a ser muy exclusivo, y es increíblemente difícil entrar en él, especialmente si tu no estudias o trabajas con gente holandesa.
La gente que yo conocí en fiestas a la que ambos atendimos rechazaron directamente mi propuesta de compartir conmigo en cualquier otro momento.
Un viajero de mente-cerrada concluiría que los holandeses son unos cretinos y dejaría las cosas así (y tristemente, la mayoría de extranjeros que viven en Amsterdam tienden a tener muy pocos amigos locales), pero yo no podía hacer eso, ya que yo necesitaba mejorar mi holandés y yo estaba allí específicamente para encontrar que hacía comportarse como lo hacían.
A pesar del hecho de que yo estuve allí solo por ocho semanas, me tomé esta investigación sobre como hacer amigos tan seriamente que dividí el mismo tejido de lo que el concepto de tener un amigo significaba para mi.
Con el tiempo logré entrar al círculo exclusivo de alguien, pero el precio era que ahora era muy tarde para dar marcha atrás, y este nuevo entendimiento sobre la amistad había infiltrado mi cerebro permanentemente.
Ahora, yo simplemente no puedo decirle a alguien seriamente que es mi amigo a menos que genuinamente nos conozcamos el uno al otro, o somos parte de alguna comunidad unida y exclusiva.
Por esto, una de las primeras cosas que hice en mi transición hacia ser estricto sobre a quien considero como amigo, fue entrar a Facebook y eliminar a 700 personas que había añadido al haberlas conocido solo una vez, o compañeros de colegio a quienes yo no conocía muy bien, o inclusive un viejo amigo con quien había perdido contacto hace mucho tiempo.
Hoy en día, el número de amigos que mantengo en Facebook oscila entre 60 y 90, y hago limpiezas regulares para mantener el número bajo.
Yo la verdad no puedo dar marcha atrás; para mi, el concepto de tener casi miles de “amigos” me parece ridículo, y giro los ojos cada vez que obtengo una petición para agregar a amigos de alguien que a duras penas conozco, o que no conozco en lo absoluto.
Por supuesto, tengo una opción pública en mi página de Facebook que la gente es bienvenida a seguir, ya que yo selecciono si ciertas actualizaciones e información es pública o privada, ¿pero por qué querría yo compartir algunos eventos personales en mi vida con alguien que no conozco!
Desafortunadamente, esta vista holandesa de apreciar las amistades “verdaderas” más que llamar absolutamente a todos con los que te encuentras un amigo (en vez de un conocido, lo cual es más preciso), no encaja bien con el resto del mundo, en lo absoluto.
Algunas personas se han sentido muy ofendidas de que yo no aceptara sus peticiones de agregar a amigos, tomándolo casi como un insulto personal, cuando irónicamente me siento igualmente insultado que ellos tienen 2.000 “amigos” y no tienen ningún estándar sobre quienes cuentan como amigos.
Es todavía más frustrante porque la gente tiene un estereotipo de que los viajeros no tienen más que amigos superficiales, estereotipo que me meten a mi, la hipocresía de lo cual hierve mi sangre cuando eso viene de alguien con cuatro dígitos de personas en su red, y que es imposible que conozcan a todas.
12. Ser amigable con aquellos que tienen autoridad
En comparación totalmente opuesta a lo de arriba, aún mantengo la filosofía muy iralndesa de que un extraño es solo un amigo que aún no he conocido, y estoy abierto a considerar a cualquier persona un amigo al final de todo, y especialmente ser genuinamente amigable con las personas apenas las conozco.
Yo no pongo límites a este concepto (dentro de lo razonable). En irlanda tenemos una tradición de hablar con todo el mundo dentro del mismo nivel de informalidad, sin importar la riqueza o nivel de estatus.
Esto incluye a los policías en la calle (sí, nosotros los invitaríamos al pub para tomar algo; ¡no me imagino a un policía estadounidense con lentes oscuros aguantándose semejante amabilidad hacia ellos!), y tus profesores en una clase de aprendizaje de idiomas para adultos.
Todos pueden ser puestos en el mismo nivel, y se les puede hablar con informalidad.
Esta “falta de respeto” me ha metido en serios problemas en algunas ocasiones con oficiales de inmigración, policías, y mis profesores. Siempre me ha parecido difícil acostumbrarme a esta separación formal/informal.
13. Regatea todo el tiempo, y sin siquiera decir el precio
Una habilidad maravillosa que he adquirido mientras vivía en India fue la habilidad de regatear como lo hacen las personas de allí.
Esto es muy diferente a como lo hacemos en el occidente (yo digo $10, tu dices $20, hacemos un compromiso por la mitad, etc.), y me ha ayudado a asegurar precios fantásticos en acomodación y cualquier artículo que vaya a comprar.
Como siempre le digo a la gente, poder viajar por el mundo no se trata de ganar mucho dinero, sino de aprender a como gastar sabiamente lo que tienes.
Básicamente, en vez de que tu mismo des un precio, tu simplemente rechazas los precios que ellos te den y mantén enumerando varios problemas aleatorios con lo que están ofreciendo hasta que reduzcan el precio.
Tu nunca deberías mostrar que estás particularmente interesado en el artículo. Inclusive tu lenguaje corporal tiene que incorporar esto, y tu generalmente miras al artículo por encima de tu hombro, listo para salir de ahí.
Así es simplemente como el regateo funciona en India.
Yo hago esto todo el tiempo en otros lugares, ¡y es increíblemente efectivo! A menos que el precio esté impreso en algo, entonces siempre es negociable.
¡A mi especialmente me gusta comprar artículos en los mercados de las pulgas porque mis habilidades de regateo de la India me han servido mucho! Pero la uso para acomodación siempre que puedo.
Cuando en el 2006 mezclé las técnicas de regateo de la India y el encanto brasilero, logré obtener el mejor lugar en el que he vivido en mi vida – un enorme apartamento penthouse en Rio con una vista panorámica de 270 grados que incluía la estatua del cristo y la montaña pan de azúcar, muy cerca de la playa Copacabana, etc.
¡Todo por unos pocos cientos de dólares al mes! Ya que mi trabajo es independiente de mi localización, lo regateo todo, en todas partes 😉
14. Cargo un encendedor aunque yo nunca he fumado y nunca lo haré
Un hábito que agarré en Turquía aprendiendo turco, y el cual he mantenido siempre que estoy en un país donde demasiadas personas fuman (como este año en Egipto), es siempre mantener un encendedor en mi bolsillo.
La cosa es que pienso que fumar es un hábito repugnante, y siempre que estoy en estos países me siento como de regreso a los años 50, y me siento reacio a entrar en bares o clubes nocturnos llenos de fumadores, ya que ellos no se dan cuenta de lo mucho que polucionan sus propios (y mis) pulmones.
Inclusive aunque alguien es adicto a sus cigarrillos, ¡por algunas extraña razón ellos parecen no tener un encendedor la mayoría del tiempo! O sea, si yo fuera un fumador, yo tendría mi propio encendedor – simplemente no tiene sentido.
Pero como consecuencia de esto es que es muy común acercarse a desconocidos y preguntarles si tienen un encendedor, y esa era una de las interacciones más frecuentes que tenía con las personas.
Teniendo un encendedor, yo tenía la oportunidad de preguntarles una pregunta diferente mientras yo encendía su cigarrillo, y obtenía algo de práctica en el idioma, o preguntaba sobre eventos interesantes que podría mirar cerca de ahí.
Se ha convertido en fuerza de hábito, ¡y cargo un encendedor en mi bolsillo durante más o menos la mitad de cada año por esto!
15. Cubrir pizzas con salsa de tomate
Aunque para los estadounidenses sea raro que los europeos agarren mayonesa, miren las papas fritas y “las ahoguen en esa mierda“, ¡algunos lugares llevan esto a un nivel totalmente diferente!
Una idea así es lo que hacen en Rio de Janeiro – si tu estás comiendo pizza allá, tu la cubres con salsa de tomate. Así que tu tomas un paquetico de salsa de tomate (ya que es raro encontrar botellas de salsa de tomate allá) por tajada, y ahogas la pizza en salsa de tomate.
La cosa es que he pasado casi cuatro meses en Rio, la mayoría del tiempo tratando de integrarme como un Carioca, así que agarré este y muchos otros hábitos. Ahora, sin importar en donde estoy, yo hago esto siempre que esté comiendo pizza y tenga salsa de tomate a la mano.
Muchísima gente me ha mirado levantando una ceja como resultado…
16. Durmiendo en la mitad del día
Cuando tu estás en España y está empezando la tarde, todo está cerrado y en tu trabajo tienes un descanso de dos horas. También es caliente como el infierno en el verano, así que no querrás estar caminando fuera de la sombra.
Así, me acostumbré a la idea de encontrar una buena sombra bajo un árbol, o inclusive ir a casa si es conveniente, y tener una siesta.
Inclusive si esto es mucho menos típico en otros países, yo ahora tengo una siesta reparadora cada día, sin importar en donde esté yo. Este patrón de sueño bi-fásico viene con muchas ventajas, como necesitar menos sueño en total, y superar el jetlag rápidamente.
17. Decir la verdad tanto que duele
Los alemanes tienen una extraña reputación, pero mi experiencia ha sido que ellos no son groseros para nada.
En Alemania, y en otros países Norte Europeos, (y con la comunidad sorda en los Estados Unidos), es más normal ser directo con la gente, y darles la verdad directamente sin endulzarla.
Ser directo es una forma de mostrar que respetas a esa persona. Este maravilloso concepto es uno que he agarrado y emulado yo mismo, y me ha ayudado a integrarme en estas culturas mucho mejor.
Sin embargo, en otros países, especialmente Canadá, lo opuesto es la verdad, y es requerido que tu ensandwches cualquier cantidad de verdades desafortunadas en medio de cumplidos, o que las suavices con amabilidad.
Hoy en día, para mi eso es hablar con rodeos y es una completa pérdida de tiempo.
Así, constantemente tengo que recordarme cuando con ciertas culturas debo añadir un montón de palabras engañosas como “Esa es una muy buena idea, pero que tal si…” (en vez de “Esa idea es terrible. Esta es mejor”) o “¡Lo pensaré!” (en vez de “Nunca jamás”) y otras tonterías, las cuales dices por ninguna razón más que para proteger los sentimientos de la persona con la que estás hablando.
Una canadiense, Sofie, comentó en mi Facebook lo siguiente para enfatizar las diferencias:
Yo estaba tomando fotos de la comida en un Starbucks (en Alemania), y por alguna extraña razón eso no se permite. Un trabajador se acercó a mi: “No tome fotos por favor,” dijo él muy estrictamente.
En Canadá, esto pasaría más o menos así: “Hola. De verdad disculpame pero preferiríamos si los clientes no tomaran fotos. Te agradezco mucho por tu cooperación, la apreciamos mucho. Ten un buen día.”
Por supuesto, cuando yo hablo de forma más “eficiente” con las personas en algunos países esto parece muy tajante.
Una vez más termino ofendiendo a la gente, y luego me siento frustrado porque nadie es directo conmigo (para propósitos constructivos), y que me siento atrapado en un diálogo con Barney el dinosaurio rosado y feliz.
18. Tengo las exclamaciones más raras
Siempre que me pego en un dedo, o me siento enfadado y maldigo, o doy una exclamación feliz, lo que exclamo usualmente no es en inglés a menos que esté rodeado de hablantes de inglés.
Generalmente estas cosas salen de mi en otro idioma sin pensarlo dos veces, inclusive si estoy solo.
Por ejemplo, si me lastimo, en vez de decir “Ow!” o “Ouch!” yo en realidad diré Owa!! (como en el alemán, y se escribe Aua) o ¡Ay! (en latinoamérica) dependiendo de que idioma esté pasando por mi cerebro en ese momento.
Cuando me dan ganas de maldecir, siento que puedo expresarlo mejor usando la expresión española “¡¡Me cago en…!!” (con coloridas continuaciones de eso, incluyendo la leche, la puta que te parió, la virgen, la hostia, y más; es una frase muy versátil).
19. Traduzco expresiones raras que no deberían ser traducidas
He encontrado una forma muy buena para no mezclar idiomas, ¡pero no es perfecta! Como tal, un poco de un idioma se regará en otros, y eso incluye invasiones hacia mi inglés.
Hay algunas cosas que tu básicamente puedes decir todo el tiempo en otros idiomas, pero no en el inglés.
Por ejemplo, las primeras semanas después de regresar de Egipto y hablar árabe, encontré que en cualquier ocasión en la que yo me refería al futuro, se me pasaba el decir “Inshallah”.
Como ateo, a duras penas voy a decir “God willing (dios quiera)” en inglés, pero seguí sobre-usando una expresión más o menos equivalente: “Hopefully (ojalá)” – y demasiado.
“I'll see you tomorrow at lunch time… hopefully! (Te veré mañana a la hora del almuerzo… ¡ojalá!)”
“Next year the world cup will take place in Brazil… hopefully! (El próximo año la copa del mundo tomará lugar en Brasil… ¡ojalá!)”
Muchos idiomas también tienen una forma subjuntiva usada para expresar esperanza de que algo ocurrirá, mientras que en el inglés simplemente usamos el imperativo.
Esto significa que he traducido mal la frase en español “¡Que te diviertas!” a “May you have fun!”, y luego me dí cuenta de lo raro que sonaba únicamente después de que hubiese salido de mi boca.
Algunas palabras individuales de verdad que hacen falta en el inglés, y yo uso sus traducciones débiles inclusive cuando no debería.
Por ejemplo, la palabra “Si” en el francés o “Doch” en alemán significa “Yes (sí)” cuando respondes una pregunta negativa para evitar confusión de que estás contradiciendo lo que fue dicho en vez del significado como tal de estar de acuerdo con ello.
Así que tiendo a sobre-usar “Indeed! (¡Ciertamente!)” en estas situaciones en inglés.
Aren’t you coming? Weren’t you already in that place? Can’t you swim? – indeed! (¿Que no vienes? ¿Que tu no estabas en ese lugar? ¿Que no puedes nadar? – ¡Ciertamente!)
¡Esto obviamente no responde bien la pregunta para nada! ¿¿Ciertamente sí o ciertamente no??
Luego están las expresiones como “vivir a cuerpo de rey”. ¡Yo en realidad he dicho “To live like a king's body!” (en vez de live like a king (vivir como un rey) – que puedo decir, la frase en español tiene más sentido, ya que la mente de un rey debe preocuparse por guerras, hambrunas, ¡y todas esas cosas para nada placenteras!)
20. Gesticulaciones confusas
En algunos países, la forma de expresar ciertas ideas son muy diferentes a otras. Me tomó meses quitarme de encima la forma en que los filipinos expresan que quieres que te traigan el menú o la cuenta en un restaurante, pero inclusive hasta el día de hoy, si quiero enfatizar de verdad que algo está “lleno”, hago unos movimientos muy brasileros de cerrar y abrir las manos con todos mis dedos juntos. Hoy en día es inconsciente.
Después de unos seis meses completos en Taiwan, China y Hong Kong, no podría evitar contar con mis dedos de una forma muy china.
Hasta el día de hoy, seis se siente más natural haciendo una forma de “teléfono” con una mano, que empezar a usar mi segunda mano.
“Delicioso” se siente más natural girando de un lado al otro mi dedo índice sobre mi barbilla, en vez de sobarme el estómago (algo más que agarré de los italianos), y si me detienes en la calle y me pides direcciones (en cualquier idioma), en vez de mostrar “caminar” con dos dedos moviéndose sobre una mano, gracias a aprender el idioma de señas, yo uso ambas manos en un movimiento de onda hacia adelante y atrás.
21. Nunca usar zapatos dentro de las casas
Esta tradición es tan prominente en todas partes, ¡que ni siquiera puedo pensar en más países donde no se haga!
Muchísimos países europeos, asiáticos y suramericanos dejan sus zapatos en la entrada – mientras estás en la casa (la tuya o la de alguien más), tu caminas en medias o descalzo.
Así, cuando estoy en los Estados Unidos y visito a un amigo, si me quito mis zapatos a la entrada de su casa siempre me dan una mirada como que están viendo lo más raro del mundo.
22. Aplaudir siempre que mi avión aterriza
Esta muy rara costumbre es una que verás que es popular en varios países, pero que para nosotros los norteños (norte de Europa y Norte América) es muy rara.
Yo generalmente no la iniciaré, pero si una sola persona diferente de mi empieza a aplaudir, ¡entonces me uniré y para darle al avión toda una ronda de aplausos tan pronto como aterrizemos!
La gente se vuelve cínica sobre volar mucho, pero aún pienso que es una cosa muy increíble y un avance de la tecnología que damos por hecho demasiado.
Me encanta como Louis CK discute esto en este video.
Y pues sí, una gran ronda de aplauso a las maravillas de la ciencia llevándome a algún lugar en unas pocas horas, ¡lo cual hubiese sido un viaje de muchos meses apenas hace unos siglos!
23. Incómodas interacciones sociales cuando mezclo las reglas
Como puedes imaginar, hay algunas contradicciones arriba:
Ser estricto sobre lo que es un amigo, ¿pero aún ser amigable con todos?
Ser directo con las personas, ¿pero luego mintiendo y pretendiendo que me importa el diseño de un logo feo y un lema idiota que has puesto en una tarjeta de negocios?
¡Esta es mi vida resumida!
Tengo un desorden tal de reglas sociales que están en desacuerdo entre ellas saltando dentro de mi cabeza, que cada vez que empiezo a hablar con una nueva persona termina resbalándome hacia una de ellas, y les doy demasiados besos en la mejilla, o termino muy cerca o muy lejos cuando hablo, o soy demasiado franco y los ofendo, o no soy lo suficientemente directo con ellos y hago que no me tomen en serio.
Ciertamente es agotador que yo esencialmente tengo que cambiar todo sobre como interactúo con personas tan frecuentemente por cambiar de etiqueta tanto.
Ha llegado hasta tal punto que ahora me parece imposible decir lo que me viene naturalmente. Hoy en día muchas cosas en esta lista me vienen naturalmente, pero intento suprimirlas si no son naturales al país en el que estoy actualmente.
Las costumbres con las que crecí y que eran parte natural de mi mundo por dos décadas han sido des-aprendidas para que yo pudiera hacer nuevos amigos por todo el mundo más fácilmente.
¿O que pasa si invitas a una chica a salir en una cita? ¿Deberías ser más tradicional y sostener su silla, pagar la comida, y decirle que es hermosa?
Entonces preparate para una chica muy ofendida si resulta que ella es de algunos países donde todo eso es condescendiente y un poco sexista.
En el viajar todo este tiempo, no solo he aprendido múltiples idiomas, sino que he tenido que aprender múltiples conjuntos de reglas sociales y “fluidamente” cambiar entre ellas cuando conozco a personas de diferentes nacionalidades.
Cuando tengo éxito puedo decir con orgullo que he hecho una nueva conexión, porque ellos se sienten más cómodos conmigo, viendo que yo les hablo como sus amigos lo hacen en casa.
Pero si me resbalo inclusive un poco, entonces puedo empezar a ofender a las personas, o (lo que para mi es igual de malo) no interesarlos en pasar más tiempo conmigo, ya que yo “solo soy otro turista molesto”.
¡Esto es mucho más verdadero que la ridícula idea de que puedes frustar a la gente como aprendiz de idiomas! Como actúes tu, y lo que dices en general lo es todo en una interacción social.
Las palabras como tal que salgan de tu boca (o su conjugación eficiente etc.) son solo una fracción de esto.
Continuaré hacia adelante en mi intento de aprender estas cosas fascinantes que no separan a nosotros y todas las muchas cosas que tenemos en común a través de culturas diferentes.
Si yo te conozco en persona algún día, y actúo muy extraño podría ser porque de hecho yo soy muy extraño, pero también podría ser porque mis cables están cruzados sobre que norma social se supone que debo estar aplicando con tu nacionalidad.
¡Por favor no te tomes a mal mis extraños hábitos personales! Espero que me perdones si eso ocurre, y sé directo conmigo sobre eso 😉
He aquí un video viral que hice sobre las muchas cosas que aprendí en 10 años de viajar por el mundo, puede que lo disfrutes:
Dale una mirada y compártelo (este enlace: http://www.youtube.com/watch?v=4RtGmqaM3Zo) en tu muro de Facebook o en otros lados. ¡Gracias!
Artículo traducido por Santiago Madrigal de Inglesk.com.